Dejamos esto de postear allá por los primeros días del verano y retornamos cuando ya se ha asentado el otoño entre nosotros. Tres mesecillos y pico de parón obligado que concluyen con este post. Como tampoco es que gozemos de una cantidad ingente de lectores diarios pocas disculpas debo aportar. Hemos vuelto y nos proponemos quedarnos.
Le he estado dando algunas vueltas a qué tratar en este post de retorno y finalmente he llegado a la conclusión de que no merecía la pena haber perdido un minuto en ello. Lo que importa es seguir en la línea ya descrita; seguir acumulando capítulos y eslabones; descubriendo y sacando a la luz esas exageradas manifestaciones frikis que anegan nuestro mundo de principios del vertiginoso siglo XXI; aportando algo de sorpresa mediante la reseña de aquello que resulta curioso, llamativo, aberrante, cuando no directamente WTF!? u OMG; en fin, ofreciendo cosillas potencialmente risibles.
Dado que ha coincidido que estamos a una semana de Halloween, esa fiesta o celebración de origen céltico pero principalmente anglosajona, a la que nos hemos acostumbrado desde la tierna infancia a base de verla en las series y pelis americanas, hasta asimilarla como culturalmente propia, empezaremos con una manifestación friki/geek que atañe a uno de sus iconos más representativos. [+/-] Seguir Leyendo...
En USA es ocasión para disfrazarse de gañán macabro, ir de borrachera o de puerta en puerta repitiendo el cansino trick or treat, según la edad. Brujas, gatos negros y esqueletos por doquier adornan y señalan que estamos en la -presuntamente- lúgubre víspera del día de Todos Los Santos.
Y por supuesto, está la secular costumbre de vaciar a millares las típicas calabazas anaranjadas americanas -que el resto del año son repudiadas por propios y extraños-, hacer cienes de repuganantes tartas de calabaza con la pulpa, agarrar el cuchillo de cocina y trepanar febrilmente la corteza con el fin de dejarle unos ojos y una boca fantasmagóricos, y finalmente insertarle una vela en el interior, darlle lume y cerrar la calabaza con la redonda tapita que se había hecho alrededor del rabo para proceder a la evisceración. Et voilà, lamparita de Halloween al canto. Pero está visto que hasta lo más tradicional está amenazado por lo freak; a los geeks, starwarseros y nostálgicos ochenteros les ha llegado el turno de agarrar el cuchillo... ¿Hay, acaso, algún límite? Sólo los de su propia imaginación enfermiza... (conste que me molan mucho la estrella de la muerte y el R2D2... no les debió llevar tiempo ni nah...)
Etiquetas: frikadas |