Para aquellos pobres ignorantes que aún no conocen de las andanzas de Chuck daremos unas someras pinceladas aclaratorias antes de mostrar el juego. La ciencia histórica moderna ha llegado a la conclusión de que Chuck fue parte determinante en casi todos los aconteceres históricos de la Humanidad hasta el día de hoy. Sólo las envidias ocultaron el rastro de sus andanzas... Algo que poca gente conoce es que Chuck es en realidad el personaje central de la Biblia. Como no es nuestro fin extendernos, aportaremos únicamente unas estampas de época que lo sitúan en los pasajes más insignes, testimonios incontrovertibles para que los incrédulos crean.

Chuck llevó a cabo otras muchas epopeyas únicas, pero los ejemplos dados nos bastan ya para alcanzar a ver un poco del gigantesco brillo que cubre su mito. Loado seas Chuck.

Por todo ello, la emoción me embarga cuando tengo ante mi la posibilidad de meterme en su piel, castigando justamente a todo aquel que se pone delante del santo y rectilíneo camino de Chuck -que todo lo ve en su irascible designio-, gracias a este minijuego. Los champiñones, tortugas y bloques que tanto se atragantaban a Mario reciben ahora lo que merecen gracias al Altísimo Norris. Agénciate una recortada, una motosierra o un lanzallamas y haz Su Santa y Cruel Voluntad. Todo lo que moleste a Chuck será eliminado.

El jueguecillo cuenta, por desgracia, únicamente con una fase, suficiente eso sí para descargar adrenalina, y sus lo podéis descargar de aquí o de aquí (pesa 6 MB). Ni se os ocurra buscarlo en Google por lo que pueda suceder. Si habéis visto el enlace anterior sobre los rifirrafes de Chuck y Bruce Lee quizá os interese ver la batalla épica de "Way of the Dragon" en la que sólo Dios sabe el sufrimiento que Chuck experimentó teniendo que dejarse ganar... desde aquí mismo podéis acceder (sí, el Altísimo Chuck decidió afeitarse para que el mundo no supiese de su ignominiosa y fingida derrota). Y no puedo concluir este post sin ofreceros también el enlace a la frikipedia, para quien quiera ampliar sus conocimientos acerca de San Carlos Ray Norris. La visita es inexcusable.

En USA es ocasión para disfrazarse de gañán macabro, ir de borrachera o de puerta en puerta repitiendo el cansino trick or treat, según la edad. Brujas, gatos negros y esqueletos por doquier adornan y señalan que estamos en la -presuntamente- lúgubre víspera del día de Todos Los Santos.

Y por supuesto, está la secular costumbre de vaciar a millares las típicas calabazas anaranjadas americanas -que el resto del año son repudiadas por propios y extraños-, hacer cienes de repuganantes tartas de calabaza con la pulpa, agarrar el cuchillo de cocina y trepanar febrilmente la corteza con el fin de dejarle unos ojos y una boca fantasmagóricos, y finalmente insertarle una vela en el interior, darlle lume y cerrar la calabaza con la redonda tapita que se había hecho alrededor del rabo para proceder a la evisceración. Et voilà, lamparita de Halloween al canto. Pero está visto que hasta lo más tradicional está amenazado por lo freak; a los geeks, starwarseros y nostálgicos ochenteros les ha llegado el turno de agarrar el cuchillo... ¿Hay, acaso, algún límite? Sólo los de su propia imaginación enfermiza... (conste que me molan mucho la estrella de la muerte y el R2D2... no les debió llevar tiempo ni nah...)

Visto en walyou.

Se trata del FireNes, un widget que te permitirá viciar casi de inmediato en tu navegador; a tu disposición, cualquiera de los más de 2.000 juegos de la NES que esta extensión provee para que los adictos sacien sus ansias (sin necesidad descargar el emulador ni los rooms, como especifica el autor). Seas o no seas un nostálgico de los 8 bits de la mítica Nintendo Entertainment System, lo más seguro es que estés más que harto de consumir tus horas muertas en buscaminas, pinballs y solitarios, de modo que caerás en las garras de FireNes tarde o temprano. No te resistas, que es peor y resulta, en la mayor parte de los casos, más doloroso. Lo que tenga que pasar pasará.

Configura tu pad y abandónate a este widget retro. Muy avisados quedáis de su potencial adictivo. No se admitirán lloros y arrepentimientos posteriores... que cada cual prepare su alma.

Podéis descargar el FireNes aquí, en la página de FaCuZ, el autor de esta viciosa extensión. Noticia e imágenes recogidas de Technabomb.

Ultimamente se había proveído, en sus incursiones, de suficiente mobiliario para amueblar su mapachal y dos más. Ya habíamos visto cómo se agenciaba aquella alfombra. Un vecino mapache suyo, del mapachal de enfrente, llamado Nemesio, contemplaba cada día como los objetos se iban acumulando dentro y fuera del mapachal de Rascal. Nemesio pensó enseguida que Rascal estaba aquejado del síndrome de Diógenes. Un día se topó en la floresta con Práxedes, que vivía a dos bloques de su mapachal, hacia el Norte, y era psicólogo de profesión. Como quien no quiere la cosa le soltó Nemesio la deplorable situación en la que se encontraba Rascal... bueno, todos los mapaches roban, pero él está definitivamente enfermo, no puede detenerse, está totalmente descontrolado -le dijo... Práxedes decidió ir a hablar con Rascal al día siguiente. Encontró a un Rascal aquejado de múltiples tics nerviosos, sudoroso, sólo capaz de balbucear, aferrado a una caja de zapatos, su última adquisición... Era muy grave; se había convertido en un cleptómano de tomo y lomo. Y no podía parar. Práxedes habló con él largo y tendido. Le dijo que tenía que corregirse. Los mapaches roban, siempre ha sido así, es su forma de ir al supermercado, pero todo lo que se roba ha de tener una utilidad y un fin, y ese nunca puede ser el vicio... Rascal pareció entenderle, y a medida que asimilaba los consejos de Práxedes se iba tranquilizando. Tras tres horas de sesión, Rascal prometió a Práxedes que pondría fin a la acumulación inútil de objetos. Práxedes se marchó contento, pensando que había devuelto a Rascal a la senda del bien. Pero la degeneración de Rascal era mucho mayor que la que el ingénuo psicólogo mapachil había podido ponderar. Esa misma noche volvió a la casa donde había mangado aquella tarde la caja de zapatos. Había visto en la cocina una caja de surtido Cuétara abierta... se reconvertiría... a partir de ahora se dedicaría a vaciar alacenas y despensas. Se iba a hinchar. Los cotillas de sus vecinos ya no le verían más acumular objetos... todo lo que tuviera que mangar iría directo al buche. Iba a añadir a su cleptomanía la gula. Jamás abandonaría el vicio...

Esa noche volvió a demostrar su dominio. Seguía siendo un maestro del hurto. Sólo él es capaz de mantener la sangre fría mientras se atiborra a galletas Cuétara, solo él es capaz de hacerse la estátua delante del gato de la casa, pensando que así no le verá, y sólo él es capaz de mandar una maldición gitana al minino en cuestión, con un brillo demoníaco en los ojos, cuando ha de desistir de su robo por la obstinación del gato. ¡El gran Rascal ha vuelto! ¡Y más goloso que antes!

Sound on, please.

Todos nos hemos preguntado alguna vez qué dice el condenao del chaval en realidad. Ha sido objeto de tanto subtitulamiento capcioso (muy buenos la mayoría) que la verdad se perdía entre tan crecido marasmo de apaños... ultimamente nos había vuelto la curiosidad por desentrañar la verdad del asunto. De modo que aprovechando el crossover investigué un poquitillo. Aunque no hay unanimidad, parece ser que la versión subtitulada siguiente tiene un alto porcentaje de ser la correcta... el culpable real del berrinche: el Unreal Tournament... y las neuronas desparejadas del germanico claro... el chaval que era un jugón ¡Jugón!

Estos churumbeles del Extremo Oriente no han encontrado nada mejor en lo que gastar su tiempo que en la confección de esta cosa, de utilidad dudosa o nula, pero francamente llamativa (por ello ha dado la vuelta al Globo), a la que han bautizado como "Máscara de Emoción" (Mask Of Emotion), tirando ahí también de originalidad... el casco de escafandra este no hace mucho la verdad, pero tiene pinta de pesar un quintal y de descoyuntar más de un cuello. Su funcionalidad, a la vista está, se reduce a mostrar mediante unos LEDs, una de las siete expresiones o emoticonos que podéis contemplar en la foto, a gusto del pobre ser al que toque soportar esa bola de hierro hueca incrustada en el cráneo. No hay más. No es una máquina de la verdad que hace que se trasluzcan en el emoticono del casco tus verdaderos sentimientos en cada momento. Por tanto, como bien decíamos, no tiene ninguna utilidad práctica. Pero bueno, sus autores han hecho hincapié en que los siete emoticonos que la "Máscara de Emoción" muestra son específicamente asiáticos (de hecho parece que este es un dato capital)... em... vale ¿quién soy yo para negarlo? Debe ser que ahí radica la importancia del invento. Yo en mi candidez no lo había visto. Sin rodeos: una tontada de marca mayor. Anima ver que en Corea del Sur las Universidades también tiran el dinero en proyectos de aporte cero con el único fin de hacerse publicidad... hubo un tiempo en que las Universidades no eran empresas, cuentan los antiguos...

¿Qué hace de este modelo algo tan notorio? Digamos solamente que se trata de un coche recubierto de tela y que cambia de forma. En vez de acero, aluminio o fibra de carbono, el Gina Light Visionmodel tiene un cuerpo de tela sin costuras, estirada sobre un marco móvil metálico que permite al conductor cambiar su forma a voluntad (al menos la de algunos de sus elementos). El tejido flexible que recubre el coche es una especie de híbrido de lycra y poliuretano, no permeable al agua y muy resistente a frío y calor. Posee asimismo otra característica notable, una gran resistencia y una capacidad de dilatación extremas; todo ello nos refuerza la imagen de "piel de tela" que nos transmite de por sí el modelo al primer vistazo.

El planteamiento es, cuando menos, rompedor. Independientemente de si la idea triunfa y se instala en la industria del automóvil, el resultado es muy limpio, de unas líneas muy claras, y, porqué no decirlo, con un cierto punto inquietante. Vosotros mismos lo podréis apreciar al ver la presentación en el siguiente vídeo. Los faros tipo párpado y las luces de posición e intermitentes bajo la epidermis de tela dejan una extraña sensación de cercanía. El Gina Light Visionmodel acaba recordado a algún personaje de la película de Pixar "Cars". Y no creo que eso sea bueno. El guiño final es escalofriante.

Visto en wired.